─El color oscuro de los muebles contrasta perfectamente con el tono melocotón de las paredes; los focos son de led, con el ahorro que ello supone; el ventanal, al ser tan grande, aporta mucha claridad; la rinconera, recién tapizada en burdeos, dota de personalidad a la decoración ─Ines, a la vez que hablaba, se movía con la gracia de una bailarina de ballet, y yo la miraba en silencio, calculándole una estatura similar a la mía, deleitándome con su corte de pelo a lo chico, mirando con disimulo aquellos labios a los que atribuí, no sé por qué, un sabor cítrico─, y la televisión es de cuarenta pulgadas ─concluyó─. «Justo el doble de los años que te echo», pensé.