jueves, 19 de febrero de 2015

El agujero




Habíamos llegado a Tontainas a principios de septiembre y, casi sin tiempo para deshacer las maletas, empezó el curso. Al ser el nuevo de la clase, don Julian, el tutor, pidió que me presentara y yo, con la vista fija en la puntera de mis zapatillas y todo el calor del cuerpo concentrado en las orejas, dije que me llamaba Daniel, que tenía seis años, que era el menor de tres hermanos y que me gustaba mucho el fútbol.
     Preguntado acerca de mis padres, contesté que mamá se dedicaba a sus labores y que mi padre era un gran agujero. El aula entera, incluido don Julian, estalló en una carcajada colectiva de tal calibre, que llegó a escucharse incluso al final de la calle Artesanos donde, justo en ese instante, papá abría el taller en el que, aún a día de hoy, se siguen fabricando las mejores agujas del país.




Microrrelato con el que participo en el concurso de esta semana de Radio Castellón de la Cadena Ser (500 caracteres máximo y la inclusión obligatoria de la frase: "Al otro lado").


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