jueves, 5 de marzo de 2015

Adaptación




Primitiva y Benjamina se llevaban dos años, menos trece meses. No eran feas, pero casi. Y les gustaba el carajillo con la mitad de azúcar.
Para colmo, Primitiva y Benjamina tenían la pierna derecha un palmo más corta que la izquierda, deficiencia que, si bien no les había permitido practicar atletismo, para nada les impidió ganar todas las carreras, a la pata coja, en las que participaron.






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